19 DE MARZO
LAGUARDIA
Bueno, el primer viaje del 2011. Y con el nuevo Museo San Telmo a punto de salir del quirófano, tras varios años de diferentes operaciones y un montón con achaques y en la lista de espera. Pero al final hubo consenso y, los que hemos tenido la oportunidad de verlo en pijama y entubado de andamios, podemos adelantar que será una gran transformación y que, por fin, podremos sentirnos orgullosos de ser Amigos del museo más importante en muchos kilómetros a la redonda.
Pues eso, que salimos temprano de la estación de Amara con nuestro José Mari Konduktorea. Prometía bueno, pero frío. Bordeamos Vitoria y nos adentramos en esa tierra en la que, hasta los charcos son de vino. Y llegamos, no sin dificultad, al primer hito del viaje. El Dólmen de San Martín es una bonita muestra de la sociología del Neolítico, con su cámara funeraria y su pasillo para cumplir las liturgias funerarias de la época. Tiene adosada una chabola, muy posterior. Para un profano en estos campos, el conjunto parece haber sido construido para el pastoreo, y los restos que aparecen en el suelo, en la última época dan prueba de ello.
De ahí al poblado de la Hoya. Muy cercano, y donde nos esperaba su cicerone. Un personaje muy simpático que nos habló, en tono muy coloquial, de los orígenes del poblado amurallado, que se remontan a la mitad de la Edad del bronce. Fue descubierto por los años 30 del siglo pasado y se ha trabajado en él en diferentes etapas. Recorrimos con él los diferentes mapas y grabados y una curiosa maqueta que da perfecta idea del entorno. Ya en el exterior, contrasta el paisaje megalítico, con la cubierta ondulante de una de las bodegas en la falda de la Sierra de Cantabria.
Y llegamos a Laguardia, una población amurallada por Sancho VII el Fuerte, con cuatro puertas de acceso y un trazado en cuestas, desde donde se disfruta de un paisaje impresionante. Visitamos la parroquia de Santa María de los Reyes, la parroquia de verano. Situada al norte de las murallas, por lo que se nota el frio. Una visita guiada concertada que nos dejó boquiabiertos, ya de entrada, con el pórtico gó tico, con un policromado posterior. El interior, de planta casi cuadrada, con tres naves que, como casi todas comienzan a construirse en el XII, en puro románico, se pasa al gótico y se añade una sacristía renacentista. Cuenta con un extraordinario retablo. A mediados del siglo pasado, tuvo una gran reforma. La torre abacial, adosada al templo, tiene todo el aspecto de ser un elemento defensivo.
Nos quedó un rato para, antes de comer, recorrer la sencilla trama urbana de Laguardia, probar algún vino y algún pincho. Comprar algún regalo para alguien, disfrutar de las dos piezas de Koko Rico en una de las plazas y fotografiarnos entre sus zapatos y bolsos. En fin, hacer tiempo y hambre para degustar las extraordinarias alubias blancas de Marixa. Y luego las carrilleras... ¡Demasiado!
Durante el viaje, Montse ya nos había recordado las fábulas de Samaniego y, una vez en su monumento en forma de quiosco, como cien mil moscas acudimos para hacernos la foto de grupo.
Vimos el reloj de la plaza y su espatadantza horaria. Después, para rematar la jornada, visitamos la parroquia de invierno, la de San Juan Bautista. Con calefacción similar a las terrazas de fumadores. Un importante templo del gótico, con portada románica, con tres retablos en el frente, capilla del XVIII y un bonito coro. Un buen remate a una jornada divertida, didáctica y en buena compañía. Diez días más tarde, 1.500 personas, invitadas por el Museo San Telmo, acudíamos a su inauguración oficial. Inauguración del nuevo edificio y su comunicación con el claustro, donde se nos ofreció una serie de espectáculos de danza y música. Hubo presentaciones varias en la iglesia y, finalmente, un largo y ancho buffet, generoso para unos y excesivo para otros, que resultó ser un regalo a la sociedad donostiarra de la empresa Bokado, concesionaria de la cafetería y restaurante.
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Dolmen de San Martín |
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Carillón de la Plaza Mayor
Parroquia de San Juan
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BURGOS
23 de octubre
Salimos a las 17,00 y aunque no venía Fabián vimos en el bus la película Ratatouille, el ratón chef de cocina que fue muy alabada. Después de las explicaciones de historia de Burgos y del Cid a cargo de Montse, desembarcamos en el hotel Corona de Castilla de 4 estrellas, y muy céntrico por lo que después de la cena casi todos dimos un paseo a ver la catedral iluminada.
El sábado visitamos la catedral de Burgos (siglos XIII-XV), primero desde el exterior para ver las portadas góticas del crucero (la principal se la "cargaron" los neoclásicos en el XVIII), la girola y la capilla del Condestable, que murió en la reconquista de Granada y la mandó levantar su esposa doña Mencía hija del Marqués de Santillana. Una vez en el interior disfrutamos del esplendor del recién restaurado templo con sus capillas, retablos, enterramientos fastuosos, bóvedas estrelladas, museo y claustro. Tras un periodo - prudente- de recreo para descansar y tomar algo fuimos al Museo de Burgos situado en un precioso palacio renacentista del XVI con patio plateresco, y una amplia colección que va desde la arqueología hasta la pintura del siglo XX.
Comimos en el hotel y las cinco salimos rumbo al Museo de la evolución humana, imponente conjunto moderno (y algo mastodóntico) compuesto de tres edificios acristalados: centro de investigación, museo y auditorio-centro de congresos. Salvo los hallazgos de Atapuerca (con un magnífica museografía) los demás pisos eran de "relleno" a base de paneles y facsímiles, por lo que algunos salimos un tanto decepcionados.
Después nos quedamos en libertad para ir a cenar cada uno a donde le apeteciera. Casi todos apostamos por el famoso asado de cordero burgalés.
El domingo por la mañana nos llevó el autobús al Monasterio de las Huelgas, fundación cisterciense donde reposan los restos de varios reyes, reinas e infantes castellanos cuidados por las monjas. Además de los claustros y la iglesia disfrutamos de la magnífica colección de vestidos medievales recuperados de diversas sepulturas, en la misma sala donde se exhibe el pendón de la batalla de las Navas de Tolosa (1212) arrebatado a los musulmanes y que permitió la la Reconquista del valle del Guadalquivir. Aprovechamos para hacernos la foto de grupo.
A continuación fuimos a la Cartuja de Miraflores, para admirar el extraordinario conjunto formado por los enterramientos de Juan II e Isabel de Portugal (padres de Isabel la Católica) y el de su hermano el príncipe Alfonso, todos ellos obra del genial escultor Gil de Siloe, capaz de hacer que la piedra parezca un encaje . De su mano y taller es también el maravilloso retablo de la capilla, que cuenta con un pequeño museo anexo en el que luce la Anunciación de Pedro Berrugueta.
Tras la comida en el hotel (paella, pollo, flan y champán) nos fuimos al autobús donde dormitamos camino de San Sebastián. Como broche de oro Paco Esparza nos pasó un CD con el reportaje que realizó del anterior viaje de los Amigos a Laguardia.
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Museo de la evolución humana |
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La catedral restaurada |
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